Envejecimiento rural en Chile: la otra cara de la economía plateada

En 2024, el envejecimiento rural en Chile crece, impactando el desarrollo territorial y resaltando el arraigo y actividad económica de mayores.

Envejecimiento rural en Chile: la otra cara de la economía plateada

Según Rodrigo Yáñez Rojas, director de oficina Rimisp Chile, y Fernando Barrera Arenas, Coordinador Técnico de la Representación de IICA en Chile, el envejecimiento rural en Chile ha cobrado relevancia, transformando la manera en que se concibe el desarrollo territorial. En 2024, más de 545 mil personas mayores de 60 años viven en zonas rurales, proyectándose 713 mil para 2035. La relación de personas mayores por cada 100 menores de 15 años pasará de 139 a 212, lo que evidencia un cambio demográfico notable. Ambos expertos destacan que, pese a condiciones adversas, este grupo mantiene arraigo y actividad económica.

Envejecimiento rural Chile: un panorama estructural

Rodrigo Yáñez y Fernando Barrera señalan que la población adulta mayor enfrenta desafíos estructurales: más del 33% vive en pobreza multidimensional y el 20% en hogares sin servicios básicos. Aun así, su permanencia fortalece la economía local y la vida comunitaria. La resiliencia de las personas mayores permite que muchas actividades productivas continúen, preservando tradiciones y conocimientos. Según los expertos, la proyección demográfica subraya la necesidad de integrar a los mayores en políticas rurales, fomentando sostenibilidad y bienestar colectivo.

Políticas públicas y oportunidades en la economía plateada

Los especialistas explican que las políticas estatales actuales priorizan la retención de jóvenes, dejando sin estrategias específicas a la población mayor. La Política Nacional de Desarrollo Rural 2020 y los programas de Minagri no contemplan acciones concretas para este grupo. Sin embargo, Yáñez y Barrera destacan que el envejecimiento rural ofrece oportunidades:

  • Empleos adaptados a capacidades físicas y cognitivas.
  • Innovaciones tecnológicas inclusivas para tareas agrícolas y conectividad.
  • Transferencia de conocimientos entre generaciones.
    Estas medidas permiten aprovechar la experiencia de las personas mayores, extendiendo su autonomía y fortaleciendo la economía local desde una perspectiva intergeneracional.

Innovación y desarrollo sostenible en la ruralidad

Según los expertos, la tecnología adaptada, como sistemas de riego remoto, telemedicina y digitalización de trámites, mantiene activos a los mayores y potencia su autonomía. La integración de soluciones age-friendly promueve su permanencia en el territorio, generando beneficios económicos y sociales. Yáñez y Barrera destacan que la interdependencia generacional conecta el bienestar de mayores y jóvenes, fomentando un desarrollo rural inclusivo y sostenible. Este enfoque demuestra que el envejecimiento rural no es un obstáculo, sino un motor para la innovación y el crecimiento territorial.

Hacia políticas rurales inclusivas

Rodrigo Yáñez Rojas y Fernando Barrera Arenas enfatizan que el envejecimiento rural en Chile representa una oportunidad para replantear el desarrollo territorial, integrando a las personas mayores como protagonistas económicos y sociales. Reconocer su aporte permite construir políticas públicas más efectivas, promoviendo continuidad productiva, innovación tecnológica y cohesión comunitaria. El desafío está en transformar la mirada institucional, pasando de un enfoque centrado únicamente en la juventud a uno que contemple todas las edades. Invertir en la economía plateada rural fortalece la resiliencia de los territorios y abre caminos para un desarrollo sostenible y equitativo.